Internet está plagado de falsos mitos dentales y remedios caseros que pueden confundir y perjudicar a la salud bucodental de las personas. Hay más información que nunca y al alcance de casi cualquier persona. Como es de suponer, no son del todo ciertos y pueden llegar a confundir a sus lectores.
La salud de nuestros dientes y encías es uno de los aspectos que más hay que cuidar. Tener una mala salud dental tiene consecuencias negativas no solo para la salud, sino también puede afectar a la autoestima y a la capacidad de comunicación.
En este artículo vamos a tratar de alertar sobre algunos falsos mitos dentales y remedios caseros perjudiciales que se han ido extendiendo a lo largo del tiempo y que hay que intentar corregir.
«Si no me duele nada, no tengo que ir al dentista”
Falso. Es necesario cambiar la mentalidad e ir, como mínimo, dos veces al año a una revisión y a la eliminación de la placa dental bacteriana que se acumula entre los dientes. No hay que esperar a tener algún dolor para solicitar una revisión.
De hecho, en muchas ocasiones, una caries puede estar presente en un diente sin que la persona sienta dolor alguno. Si la caries llega a la zona de la dentina y el diente pierde la vitalidad del nervio, se puede no notar ningún tipo de dolor. Este problema sin tratamiento puede destruir el diente y perder la pieza dental.
«Las caries en los dientes de leche no afectan a los definitivos»
Otro falso mito dental. La caries de un diente de leche también necesita ser tratada de inmediato. Esta falsa creencia ha sido la responsable de graves problemas en la dentición definitiva.
Muchos padres consideran que las caries en sus hijos pequeños desaparecerá cuando el diente se caiga. Pero la realidad es completamente distinta. Las caries en los dientes de leche hay que tratarlas porque de lo contrario pueden provocar infecciones, flemones o la pérdida del espacio en el que luego tiene que situarse el diente definitivo, así como el dolor y los problemas añadidos que le genera al niño.
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«Los cepillos duros limpian mejor que los suaves»
No es necesario hacer sangrar las encías para conseguir un mejor cepillado. Las cerdas del cepillo deben ser suaves para no dañar las encías ni el esmalte. También se recomienda que la cabeza sea pequeña para poder acceder a todas las áreas de la boca.
Lo más recomendable, salvando situaciones concretas, es hacer un cepillado riguroso con un cepillo medio.
«Los chicles sustituyen al cepillado de dientes»
Falso. El chicle, siempre que su edulcorante sea el xilitol, puede ayudar a prevenir la caries por el hecho de que es capaz de aumentar los niveles de salivación y mejora el PH de la boca. También puede contribuir a remover los alimentos que han quedado entre los dientes tras una comida y a evitar la halitosis.
A pesar de estos beneficios, masticar un chicle –siempre sin azúcar- después de las comidas para limpiar la boca puede ser un apoyo del cepillado, pero nunca un sustitutivo de este porque no consigue eliminar la placa bacteriana.
«Siempre hay que extraer las muelas del juicio»
Cuando las muelas del juicio se desarrollan suelen dar problemas en la boca y afectar a las piezas dentales más cercanas. Por su posición, estas son difíciles de limpiar y pueden aparecer ciertas infecciones. En este caso sería necesario extraerla.
También sería necesario extraerla cuando su desarrollo puede condicionar la posición del resto de los dientes. Incluso una muela del juicio mal posicionada puede causar caries.
Su extracción o no lo tendrá que decidir tu odontólogo. Solo deben extraerse cuando su posición y desarrollo puedan causar infecciones o problemas para el resto de los dientes.
«Los bebés no necesitan limpiarse la boca porque no tienen dientes»
Ya desde el nacimiento se debe empezar a cuidar la higiene bucal de los bebés. Es importante limpiar sus encías y lengua con agua para prevenir la aparición de hongos.
Hasta el medio año se pueden limpiar las encías y la lengua con una gasa húmeda o con un cepillo específico para bebés, que se puede comprar en farmacias. Una vez comiencen a salir los primeros dientes, ya se puede utilizar un cepillo de dientes con las cerdas muy suaves.
«Hay remedios caseros que blanquean los dientes»
Aplicar productos en el esmalte de manera descontrolada y sin consultar previamente a un dentista puede tener efectos muy perjudiciales e irreversibles sobre tu esmalte.
Productos como el bicarbonato, el limón o el vinagre son remedios naturales que prometen una sonrisa blanca. Sin embargo, estos no solo son poco efectivos, sino que además resultan muy peligrosos para la salud de la boca porque pueden provocar fácilmente una erosión o el descaste del esmalte.
Teniendo en cuenta que el esmalte dental es el único tejido del cuerpo humano que no se reproduce, me lo pensaría dos veces antes de aplicarlos.
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«El sangrado de las encías es algo normal»
Como ocurre en cualquier otra parte del cuerpo, si la encía sangra es que no está sana. El sangrado de las encías es síntoma de alguna afección bucodental como gengivitis o periodontitis. La acumulación de placa bacteriana puede provocar consecuencias dañinas para el paciente.
¡No ignores este síntoma! Visita a tu dentista para que te ayude a determinar la causa y te aconseje el mejor tratamiento.